sábado, 5 de diciembre de 2015

Tercera proclamación

Escuchando mis lamentos,
Me aisló de la noche y su hermosura,
Encerrado en esta habitación,
Se oye tímidamente mi corazón latiendo,
Los pasos que corroen mi alma se enmancillan contra la cobardía de mi ideología...
Suplicando olvidar tu nombre me encuentro destruido,
Fue tal la aberración de mi anhelo, que permitió encadenarte aún más en mi ser...

La sangre que hoy fluye contaminada por tu piel y besos,
Se torna de un negro espeso y molesto.
Mi piel llena de cicatrices y marcas hechas por tus deseos pasionales,
Recorren mi cuerpo dándole la forma adecuada para hacerme cumplir mi condena.
Mis ojos distantes y frívolos,
Sólo se refleja tu rostro, tus labios, tu cuerpo, tu Inmaculada presencia.
Pasos en mis momentos de alegría y depresión,
Traen consigo tu nombre y tú traición,
Queriendo matarte en cada uno de mis sueños, pensamientos y recuerdos,
Tránsito por el camino de la soledad y desolación,
Buscando la redención que me de paso a un nuevo dolor,
Queriendo así, permitir que tú mueras hasta que no recuerde ni tus besos.

Lamento de un Arlequín

No hay comentarios:

Publicar un comentario