He aquí la noche,
Desolada y fría como de costumbre,
Despojando los recuerdos de felicidad,
A aquellos que sueñan con lograrlos.
He aquí la presencia de su alma,
La única que jamás verá amanecer,
Sus alegrías petrificadas,
Sus emociones olvidadas,
Su existencia borrada.
He aquí el nombre de su amada,
La sangre cubre el cuerpo inerte,
Marcas de cortadas y perforaciones,
La helada sangre fluye lentamente,
Pintando las rosas del más bello rojo oscuro,
Casi negro, casi tétrico...
Lamentos en su haber, quejidos sin respirar,
Corre al umbral donde las almas se podrían encontrar,
Busca su piedad y perdón,
Aquella bestia que robó su corazón...
Aquel animal que le mintió,
Su vida se perdió entre las falsas palabras,
Sus sueños entre utópicas ilusiones,
Si sonrisa se alejó de su rostro, mostrándose demacrada y horrorosa...
He aquí el cuerpo congelado y sin vida,
De un ser que vivió amando una mentira.
Y vedlos allí.. Criaturas sonriendo por su deceso,
Y escuchadlos por doquier, murmurar que su alma penara en las noches de luna llena.
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