martes, 19 de enero de 2016

Elixir de piedad

Perturbador sueño de tinieblas,
Siento que estoy muriendo.

Sosteniendo la espada que se forja con su alma,
Desafío al mundo y a sus criaturas,
Enemigos nocturnos y seres aberrantes,
Se doblegan ante su colmada sed de venganza y destrucción,
Sueños devastadores e himnos inhumanos,
Resuenan entre sus dientes afilados,
Chillan reclamando su maldición.

Se acercan los cuervos y sus engendros...
Su fe en si mismo y el valor en gallardía se viste el temor,
Súplicas desoladas y llanto tétrico,
Es lo que su corazón aclama.

Las criaturas ríen de sus desgracias,
Victoriosos marchan al paso fúnebre de la Sinfónica ancestral.

Siglos de opresión y abundante dictadura, 
Susurrando las voces de la decadencia,
Él cae arrodillado entre charcos de sangre y aguas putrefactas,
Entre la canción de los lamentos,
Gime agobiante deceso,
Un dragón recita la más bella ópera infernal,
Fuego entre su piel y carne,
Quema la podredumbre de su espíritu de lucha,
Quizá el valor lo llevo al temor y el amor al dolor,
Tal vez, sólo suspiro por verla sonreír y rescatarla, aunque, su corazón ya le pertenece a la más cruel bestia.

El vapor de su sangre y el derretir de sus venas, secan su ambición,
El sufrimiento gritando, violando sus oídos,
Más allá de la oscuridad, él se desplomó...
Para siempre el silencio domina su lengua...
Soñando una belleza que le fue siempre ajena,
Añorando la proeza que pensó obtener,
Vivió la mentira más grande de esta era,
Amar y ser correspondido por la mentira.

A través de gritos de dolor... Un beso de la muerte va a recibir.

Lamento de un Arlequín.

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